A los recortes impuestos por el gobierno para costear los desmanes de la banca, hay que sumar en Extremadura la actuación caciquil de parte del empresariado. Existen multitud de ejemplos de ello: recientemente la empresa INVERSIÓN Y RESTAURACIÓN EXTREMADURA S.A., que gestiona la franquicias de PIZZA HUT en Cáceres y Badajoz, ha despedido a tres trabajadores por el simple hecho de sindicarse. De igual modo, la empresa emeritense de informática SILICE S.L. ha echado a tres de sus empleados con la excusa de la crisis, cuando en realidad los reprime por montar una Sección Sindical. Treinta y tres empleados de la empresa cacereña FORJADOS Y MATERIALES S.A. (FORMA) dejaron de cobrar regularmente sus nóminas en noviembre de 2010, mientras tanto el empresario continúa con su vida despreocupada y sus partidas de golf. CATELSA-Cáceres acaba de despedir a una empleada que estaba de baja médica por una enfermedad profesional reconocida, vulnerando sus derechos fundamentales. ATENTO vuelve a recortar los derechos de los empleados de su call center cacereño.
La Junta de Extremadura, la primera empresa de la región, parece haber decidido no realizar nuevas contrataciones y derivar todos los servicios hacia empresas privadas. Las bolsas de trabajo están paralizadas y el malestar aumenta entre los interinos y las personas que están en bolsa.
Los trabajadores inmigrantes del Campo Arañuelo, del sector agrícola y de la construcción, contribuyeron con su esfuerzo al crecimiento económico de la región durante años. Ahora con las vacas flacas tratan de expulsarlos del país por la puerta de atrás.
Para colmo, durante el pasado año 1.363 extremeños perdieron sus viviendas por no poder seguir haciendo frente a sus hipotecas.
Por todo el mundo se multiplican las protestas populares, los trabajadores y los jóvenes se manifiestan y luchan para defenderse de los abusos de la corrupción política, la gran empresa y la banca. En España la situación de paro, precariedad e injusticia también es dramática, pero en cambio aquí, casi nadie se mueve. Somos un país de larga tradición de lucha popular y obrera, pero parece que nos han hecho olvidarlo.
Hoy día en España, el 80% de la población permite que el 20% restante controle el gobierno, la justicia, la economía, la energía, la información y el medio ambiente. Acabamos de consentir una reforma laboral enormemente restrictiva, hemos permitido cambios drásticos que empeoran la ley de pensiones, miramos para otro lado cuando restringieron los subsidios o cuando bajaron el sueldo de los funcionarios, convivimos con unos índices de paro escandalosos, no nos preocupa que determinados sindicatos hayan hecho de la negociación colectiva una continua claudicación ante la Patronal, hemos llegado a aplaudir la militarización de los trabajadores, permanecimos cruzados de brazos mientras se entregaban a la Banca miles de millones de euros del erario público para aumentar los beneficios de sus directivos y accionistas... y todo con la excusa de afrontar una crisis que han generado los bancos, los políticos y los especuladores bursátiles. Lo extraño no es que la gente proteste ante todas estas injusticias, lo realmente incomprensible es que no se subleve por ello.
La CNT, los trabajadores en lucha por sus derechos y la CGT hacen un enérgico llamamiento a jóvenes, jubilados, parados, precarios y ciudadanía en general... ¡Despertad! ¡Indignaos! ¡Luchemos por nuestros derechos y nuestra dignidad!
¡Acudid el sábado 2 de abril a las 12:00 h. a la manifestación que hemos convocado frente a la Subdelegación del Gobierno de Cáceres!
La Junta de Extremadura, la primera empresa de la región, parece haber decidido no realizar nuevas contrataciones y derivar todos los servicios hacia empresas privadas. Las bolsas de trabajo están paralizadas y el malestar aumenta entre los interinos y las personas que están en bolsa.
Los trabajadores inmigrantes del Campo Arañuelo, del sector agrícola y de la construcción, contribuyeron con su esfuerzo al crecimiento económico de la región durante años. Ahora con las vacas flacas tratan de expulsarlos del país por la puerta de atrás.
Para colmo, durante el pasado año 1.363 extremeños perdieron sus viviendas por no poder seguir haciendo frente a sus hipotecas.
Por todo el mundo se multiplican las protestas populares, los trabajadores y los jóvenes se manifiestan y luchan para defenderse de los abusos de la corrupción política, la gran empresa y la banca. En España la situación de paro, precariedad e injusticia también es dramática, pero en cambio aquí, casi nadie se mueve. Somos un país de larga tradición de lucha popular y obrera, pero parece que nos han hecho olvidarlo.
Hoy día en España, el 80% de la población permite que el 20% restante controle el gobierno, la justicia, la economía, la energía, la información y el medio ambiente. Acabamos de consentir una reforma laboral enormemente restrictiva, hemos permitido cambios drásticos que empeoran la ley de pensiones, miramos para otro lado cuando restringieron los subsidios o cuando bajaron el sueldo de los funcionarios, convivimos con unos índices de paro escandalosos, no nos preocupa que determinados sindicatos hayan hecho de la negociación colectiva una continua claudicación ante la Patronal, hemos llegado a aplaudir la militarización de los trabajadores, permanecimos cruzados de brazos mientras se entregaban a la Banca miles de millones de euros del erario público para aumentar los beneficios de sus directivos y accionistas... y todo con la excusa de afrontar una crisis que han generado los bancos, los políticos y los especuladores bursátiles. Lo extraño no es que la gente proteste ante todas estas injusticias, lo realmente incomprensible es que no se subleve por ello.
La CNT, los trabajadores en lucha por sus derechos y la CGT hacen un enérgico llamamiento a jóvenes, jubilados, parados, precarios y ciudadanía en general... ¡Despertad! ¡Indignaos! ¡Luchemos por nuestros derechos y nuestra dignidad!
¡Acudid el sábado 2 de abril a las 12:00 h. a la manifestación que hemos convocado frente a la Subdelegación del Gobierno de Cáceres!